El despacho tiene carácter multidisciplinar, combinando la especialización en diversos ámbitos jurídicos con la interrelación entre los mismos, gracias a la colaboración de sus miembros y la de sus asociados externos.
De esa forma se trata de dar una respuesta eficaz a los retos que actualmente se imponen a los consultores legales, al exigirse una preparación específica en variadas materias y, al mismo tiempo, la adecuada coordinación de dichos conocimientos, puesto que los problemas planteados no suelen afectar a una sola de dichas materias, sino a varias, por lo que esa visión global es imprescindible.